Horizonte político en Castilla y León después de las elecciones

Catedrático emérito de la Universidad de Valladolid

Cada proceso electoral está influido, en mayor o menor medida, por el contexto en que se desarrolla (el momento, el lugar, las circunstancias, el ambiente político, etc., un conjunto de factores más permanentes o más coyunturales). En este caso se pueden destacar los siguientes:

Como factores más permanentes, que condicionan la sociología política de la región, la estructura demográfica (población, distribución en el territorio, edad, etc.) y el sistema electoral (proporcionalidad corregida, con un mínimo de 3 procuradores por provincia, tal como lo establece el Estatuto de Autonomía, que genera un desequilibrio representativo entre provincias bastante notable); como factores más coyunturales en esta ocasión hay que señalar el hecho de que estas elecciones proceden de una disolución anticipada de las Cortes de Castilla y León, que interrumpe la legislatura en marcha y abre otra completa, no por tiempo parcial, y las distancia de las elecciones municipales con las que siempre hubo coincidencia, lo que permite deducir que, tras la convocatoria, hubo motivos estratégicos de interés partidario.

También cabe destacar que la celebración de las elecciones se produce en un momento especial: crisis sanitaria y económica; clima social agitado; ambiente político de confrontación y disputa de los espacios electorales, con niveles de competencia entre los bloques políticos y dentro de cada bloque, relacionados con la evolución de las distintas fuerzas políticas y con las tendencias electorales perceptibles, como lo iban apuntando los sondeos.

Celebradas las elecciones el interés se centra en la comparación con resultados anteriores:

El PP obtuvo 31 escaños, 2 más que los que tuvo en 2019, aunque menos de lo que apuntaban las previsiones en el momento de la convocatoria, que luego fueron disminuyendo en sondeos más recientes; el PSOE obtuvo 28, 7 menos de los que tenía, con una pérdida mayor de la prevista. VOX pasó de 1 a 13; Ciudadanos de 12 a 1; la UPL de 1 a 3; Podemos de 2 a 1; Por Ávila mantuvieron el que tenía y Soria ya, que no tenía representación, obtuvo 3, como opción mayoritaria en esa provincia.

Llama la atención la subida tan considerable de VOX, la irrupción de partidos territorialmente localizados y la también considerable caída, aunque es distinto nivel, de dos grupos (Ciudadanos y Podemos) que no hace más de cinco años aparecieron en el panorama político como alternativas, en distinto espacio electoral, a los dos partidos más tradicionales, el PP y el PSOE.

De manera que el mapa resultante es de bipartidismo más limitado y pluralismo creciente (PP y PSOE suman menos en conjunto que en ocasiones anteriores y el número de grupos con representación parlamentaria pasa de 7 a 8 en la legislatura iniciada. También hay que indicar que, en contra de lo que en algún momento se previó, por causas diversas, la participación fue algo más baja que en ocasiones anteriores, pero no disto mucho de la media (63,4% ahora, frente a 65,8 en 2019 y 64,9 en 2015).

Es éste, sin duda, el aspecto más interesante en la consideración de cualquier resultado electoral, pues trata de establecer si las tendencias políticas se mantienen, si se han modificado y en qué dirección, cuál es el sentido de los trasvases de votos, etc. El trasfondo de unas elecciones va más allá de las sumas y restas, de la aplicación matemática de la ley D´Hondt, o de la comparación entre unas elecciones y otras anteriores, sea del mismo o de distinto ámbito. Ahora bien, este análisis de tendencias necesita de instrumentos y conocimientos muy especializados para poder ofrecer datos fiables y completos. Los criterios que aquí se exponen deben tomarse simplemente como aproximaciones razonables y no como conclusiones definitivas.

De los resultados expuestos, cabe deducir con cierta seguridad que la clave electoral ha sido la redistribución del voto procedente de Ciudadanos, ya que es el ingrediente cuantitativamente más significativo de los movimientos de voto. Y todo parece indicar que ese voto ha oscilado en una parte hacia el PP, pero también en parte importante a VOX; de manera que el PP habría recibido de Ciudadanos un volumen de voto similar al que ha cedido a VOX, con un saldo neto mínimo de dos procuradores más, mientras que VOX ha recibido voto tanto del PP como de Ciudadanos, en proporciones similares, con un saldo neto de 12 procuradores más.

También puede considerarse que el PP haya transferido algo de voto a los grupos provinciales  (UPL, Soria Ya y Por Ávila), que también habrán recibido algo del voto perdido por Ciudadanos, pero éstos se han nutrido principalmente de voto perdido por el PSOE, especialmente UPL y Soria Ya; de manera que el PSOE no habría recibido voto de otros, singularmente de Ciudadanos, y si ha captado la pérdida de Podemos, no relevante, lo cierto es que ha transferido mucho más a los grupos provinciales, lo que explica su saldo neto negativo de 7 procuradores, producto de ese trasvase de voto y de la aplicación de la ley D´Hondt de atribución de escaños, que suele perjudicar en los terceros y siguientes cocientes cuando no eres el más votado.

La conclusión más relevante del análisis del resultado es, sin duda, la evidencia de que prácticamente todo el voto de centro/liberal ha oscilado hacia la derecha y la extrema derecha, aunque también una parte se haya quedado en la abstención, mientras que una parte del voto progresista haya derivado a partidos provinciales.

En conjunto, los bloques propiamente dichos (izquierda y derecha) mantienen prácticamente el mismo nivel de voto, sin intercambio entre ellos, desde los años 90: los 37 escaños del PP y los 13 de VOX suman 44, cifra que está en la media de los resultados de la derecha desde entonces; mientras que los 28 escaños del PSOE más 5 que pudieran haber atraído parte de su voto en estas elecciones, suman 33, también en la media de los resultados habituales del PSOE en Castilla y León. En suma, lo que se produce es intercambio y redistribución de voto dentro de los bloques, pero de un bloque a otro, salvo en mínimas proporciones.